Mi mente se debate entre gritar mi angustia a los cuatro vientos o esconderme bajo la sombra de la ilusión. Tanto para que sea escuchado mi llanto por las almas libres y buenas ó para disfrutar el reposo del olvido.
Si aun no hubiera despertado mi consciencia, ni la luz se vislumbrara al horizonte; mis piernas no tendrían la fuerza de saltar sobre el hambre y la pobreza; ni mi pulgar sería capaz de tomar su dosis de luz diaria, pero de esa luz necesaria para nutrir mi rostro de belleza a los ojos del gris metal.
Algo tan vacio e inmundo es lo que, en este mundo, tiene el poder sobre los seres, desde su corazón hasta su propia existencia.
Ojala que pronto llegue el día en que el creador limite a su creación y vuelva a reinar la armonía natural que trae consigo equidad, justicia, paz. Hasta entonces, espero que la equidad que aspiran las libres almas que aun quedan, sea capaz de calmar mi angustia siquiera hasta el justo momento en que pueda calzar como bloque constituyente del sol y pueda así dar luz, dar vida a las criaturas moribundas que como hoy buscan su norte en la oscuridad de su entorno.
JJCS 07/04/2010
Problemática de la UNAH
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(Los que hayan tomado partido con algún radical no lean esto porque no
tengo tiempo de discutir con cabezas calientes)
Los estudiantes han actuado de forma...
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